viernes, 10 de julio de 2015

danzas regionales

La Negra es una danzante que representa a la mujer costeña, bravía y valiente, que lleva terciada una daga y en el brazo una canastita de pescados.
La Pescada es una danzante que lleva suspendida en la cintura la representación del pescado robalo y la del lagarto, muy comunes en los mares y lagunas de nuestras costas.
Se acompaña de una flauta y un tamborcillo. Mientras el Lagarto circula alrededor de ellos, la Negra va animando a los pescadores y los invita de esta manera:
–Negrooo...
–Negraaa... Maringuilla…
–Acompáñame a la barra de Tecoanapa, a recoger unos cuantos robalos ahora que la noche está oscurana...
La lucha se desarrolla en buen ambiente, donde el danzante esgrime sus filosos machetes costeños hábilmente, para librarse de ser alcanzado por un fuerte golpe y, a su vez, lograr trozarle la cola al “lagarto” que no deja de perseguirlo.
Santiagos de machete.
La posesión de la túnica sagrada será el punto central de controversia entre moros y cristianos que a machete limpio y lustroso harán centellear en lo alto de sus cabezas aquellos aceros que hablarán en un momento del poder de cada uno de los grupos.
Entre los cristianos enfilará en primer orden el señor Santiago, luciendo su sombrero de plumas blancas de avestruz que le dan solemnidad y galanura. Los demás danzantes preparan mentalmente sus parlamentos, que, entrecortados, se escuchan al tintinear de los machetes costeños que tratan de acaparar la atención del público presente.
Los cristianos que siguen a Santiago y le defienden incondicionalmente son: el Niño, un pequeño inocente de ocho años de tez blanca que representa las reliquias sagradas que tanto se han defendido a través del tiempo; Vespaciano, tosco y rudo, se pasa con golpes firmes en la tarima o piso de tierra, el cual se sacude con su presencia; Alférez es el portador del pendón que anuncia su raza y su condición; lo acompaña Tito, y juntos dan un paseo con lujo de detalles, meneando majestuosamente sus elegantes y coloridas capas.
Mahoma tiene que ser defendido de los ataques cristianos y para ello está Pilato; enseguida el Moro Capitán, arrogante y fuerte; le sigue el Sultán y, junto a él, Tiberio y el Almirante, que forman un equipo de lucha y ataque. La fiesta está en su apogeo, brillan las estrellas en el cielo azul.
Nuestros hombres del campo son muy hábiles para manejar los machetes de variadas formas y tamaños, lo que hizo que se originara el cambio de la espada usual de los llamados Santiagos de Tablado que, por lo costoso de su vestimenta, los sustituyeron por estos danzantes de pie a tierra llamados Santiagos de Machete.
Las relaciones son las mismas, y abundan estas representaciones teatrales, que se combinan con la danza en varias partes de nuestro estado.
Tecuanes.
Esta danza se considera originaria de la región de Tierra Caliente. Significa o representa a un señor hacendado que paga a un grupo de sus trabajadores para darle muerte al tigre, el cual le ha causado bajas en su ganado. Así tenemos que los peones del hacendado eran gentes de la región que padecían el mal de pinto, por el cual se les daba el nombre de Tecuán. En sí esta danza es una representación dramática que se realiza a base de diálogos.
El vestuario varía en correspondencia a los personajes que en ella intervienen: el Pariente porta un bastón de madera con chintetes (especies de lagartijas) del mismo material y una muñeca de trapo, su máscara es diferente; la Mechuda usa un sombrero con crines de caballo; el Rastreador lleva consigo un animal (tejón, zorra, etc.) disecado; el resto de los bailarines o danzantes usan máscaras de piel de burro con bigote de crín de caballo, y el Zopilote viste un traje negro imitando al ave de rapiña.
Esta danza se baila principalmente en los atrios de las iglesias al compás de ritmos musicales que son acompañados por una flauta de carrizo y un tamborcillo, como la mayoría de las danzas autóctonas.
Por la tarde el Tigre simula que se esconde en el monte y en el transcurso de un determinado tiempo el Tirador, conjuntamente con el Rastreador, van en su búsqueda. Al encontrarlo realizan una serie de luchas en las que cada personaje cumple su papel; por ejemplo los personajes de los perros y los demás danzantes ayudan al Tirador o Cazador para atrapar al Tigre; después lo bajan a la iglesia del lugar para dar comienzo a la danza ejecutando los sones de la entrada (la cruz, la iguana, el venado, la trampa) y la salida.
La formación de los danzantes durante el baile se da de la manera siguiente: el Salvador y el Mayezum, el Doctor y el Mozo, el Tirador, la Mechuda y la Carcacha, el Lancero, el Lechero, el Pariente, el Trampero, el Tigre, el Venado, “dos perros” y “cuatro” zopilotes.
Esta danza se localiza en Ajuchitlán, Arcelia, Cutzamala de Pinzón, Pungarabato, Alpoyeca, Copanatoyac, Metlatónoc, Olinalá, Ixcateopan y Teloloapan.
Los Tejorones.
Esta bonita danza es oriunda de la Costa Chica y algunas otras zonas del estado; es frecuente en la fiesta de Carnaval, donde es el centro de la atracción.
La danza refleja una lucha contra la injusticia de los poderosos y la maldad. Tal vez ponían de manifiesto todas las agresiones potenciales contra el explotador, que no podían tomar forma ni aparecer en la vida cotidiana.
Manifiestan los ataques al poder en diferentes formas que pueden ser ridiculizaciones, insultos o pantomimas, que se realizan en forma directa en contra de las personalidades del lugar.
Por otra parte, las personalidades agredidas son políticos y ricos del pueblo, malos y señalados por sus acciones. Los Tejorones son particularmente afectos a las violaciones de tabúes sexuales, que personifica “el Tigre”, que es el personaje mítico investido de poder y que representa a la fuerza del mal.
Por el caso anterior se diría que Los Tejorones “son la expresión de una sociedad oprimida y olvidada que se rige según las nuevas normas; leyes que son contrarias a las heredadas de sus antepasados, de una contrasociedad que tiene su hora de gloria y luego su muerte”.
El número de elementos que forman parte de esta danza varía. Los danzantes llevan máscaras con cara de humanos, con rasgo negro o blanco según el pueblo de que se trate; van cubiertos con harapos; llevan un sombrero o una gorra en punta cubierta con plumas de gallo y vestido de oropeles. También llevan en su mano un cascabel. Según los mimos que quieran representar, utilizan accesorios diferentes: escopeta, machete, matraca, pistola y lazo.
Otro elemento del grupo es el Tigre, que los Tejorones tratan de atrapar, no sin violencia; es pues el papel más difícil ya que representa al mal y, lógicamente, tratan de exterminarlo.

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